LA AMENAZA (Relato)

D.Jesús aparentaba mas edad de la que tenía realmente.¡Los batacazos de la vida!, solía decir.

Don Jesus era viudo, y vivia solo en su piso.Era buena persona y muy querido por sus vecinos.

Un dia se acercó a comprar cosas a un supermercado muy grande, próximo a su barrio.Al salir, cargado con unas bolsas, se dirigía a su coche, cuando un par de jovencitos, de pantalón caído y pelambrera esculpida y a colores, estarían aburridos por que,uno de ellos, el del penacho azul, se acercó a Don Jesus y sin mas, de un manotazo, le tiró al suelo la gorra de cuadros que D. Jesús siempre llevaba puesta.

¿que pasa viejo?,le espetó el mozalbete entre risotadas del otro.

Con paciencia, D. Jesús dejó las bolsas en el suelo y recogiendo la gorra, al tiempo que la limpiaba,le recriminó educadamente:

.-Chavalín, le dijo, deberías de respetar a los demás.

Los dos mozalbetes se alejaron haciendo gestos obscenos y dando patadas a una papelera.

La mala suerte quiso, dias mas tarde, que Don Jesús, cruzando el aparcamiento del centro comercial, volviese a dar con el chico del penacho azul, esta vez en compañia de otros dos como él y una jovencita con pircings por todas partes.Al verle, el gamberrete le reconocío y, entre todos, le rodearon y otra vez, envalentonado y de un manotazo, le tira su gorra de cuadros al suelo. No conformes con eso, la chica le arrebató una de las bolsas en las que llevaba seis latas de cerveza y los cuatro se fueron perdiendose entre los coches aparcados.

Don Jesús nos se amedrentó y, tranquilo, recogió la gorra tirada,las otras bolsas y siguió su camino.En la entrada del sótano les vio de nuevo, allí estaban sentados en el suelo, tan tranquilos, fumando porros y bebiendo de las latas robadas.D. Jesus, tuvo una ocurrencia y con decisión: llamó al que le habia dado el manotazo las dos veces.Este, sorprendido, apenas se le acercó, mascullando en tono maleducado su cantinela:

¿que pasa viejo?.

A Don Jesus le costó dar a su voz un leve tono de amenaza.Casi le salió, mas que una amenaza, una enigmática promesa.

.- No, nada, chavalín, solo decirte que cualquier día, cuando menos te lo pienses, nos veremos y yo haré que te cagues por los pantalones.

El del colorín en el pelo se quedó flipando.Don Jesús bajó las escaleras, tranquilo y algo burlón.No ocurrió nada mas.

Pasaron los meses y una mañana, don Jesus, como todos los días, se enfunda la bata verde, el gorro y la mascarilla y poniéndose los guantes de látex entra, decidido, en su quirófano.

.- ¿Que tenemos hoy?.

.- Lo primero, le dijo su enfermera ayudante, una fimosis.

.- Pues allá vamos!

Se acercan a la camilla y al reconocer al joven paciente, con su penacho azul en la cabeza, una sonrisa burlona asomó al rostro de D.Jesús.

El chico, desde la camilla, descubrió, aterrado, el rostro del viejo de la gorra a cuadros….

¿Que pasa chavalín?, Don Jesús saludó, haciendo un gesto con la mano en la que portaba el pequeño bisturí.

De pronto, un ruido inconfundible y un olor asqueroso inundaron el pequeño quirófano.

¡Se nos ha cagao! dijo el doctor, don Jesus, entre carcajadas.

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xmbs
01-08

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